domingo, 26 de febrero de 2017

Arte y nación después de la catástrofe de guerra

El ultimo cartucho de Juan Lepiani (1899)

Es sabido por todos nosotros que al arte la podemos definir como toda expresión del quehacer humano, es decir en muchas ocasiones el arte nos ha tratado de transmitir las ideas del hombre, su espíritu de libertad.
En el Perú republicano a sus inicios por ejemplo el arte contribuyó a crear una idea de lo nacional a partir de la ideología de la élite; en esta oportunidad a nuestros estimados lectores les queremos hacer mención sobre el arte en los años de la Reconstrucción Nacional (1883-1899) donde se crearon muchas obras artísticas inspiradas en la tarea de reconstruir la autoestima destrozada de una nación derrotada. Queremos hoy enfocarnos y transcribir un fragmento del "arte y Arquitectura", escrito por Natalia Majluf, historiadora del arte e investigadora peruana, directora actual del Museo de Arte de Lima ( MALI).

La guerra había sido uno de los episodios más duros de la historia del Perú, una catástrofe que cuestionó de raíz la constitución misma de la nación. En la literatura y el ensayo social, los discursos críticos de Manuel González Prada y las polémicas desatadas por la novela Aves sin nido, de Clorinda Matto de Turner, plantearon cuestionamientos profundos sobre la sociedad peruana.

La pintura y la escultura, en cambio, ligadas a las expectativas y el mecenazgo oficial, tuvieron un papel más bien celebratorio en la representación de las hazañas heroicas de la guerra. Los temas relacionados con la historia de la conquista, que habían dominado en la incipiente pintura del tema histórico antes de la guerra, fueron cediendo paso a escenas heroicas de batallas recientes. [...]

Monumento original de Francisco Bolognesi
La afirmación nacionalista de la posguerra también favoreció la construcción de monumentos conmemorativos a los héroes recientes. En 1898 surge la iniciativa para erigir un monumento a Francisco Bolognesi, para cuyo diseño se convoca a 1902 a un concurso internacional, en el que resulta premiado el célebre escultor español Agustín Querol. Con fondos obtenidos de una amplia colecta nacional, se ejecutan en Europa los mármoles y bronces del monumento que finalmente se inaugura en 1905, en medio de una impresionante celebración pública. Igual convocatoria tuvo la ceremonia realizada en 1908 para la instalación de otra importante obra conmemorativa, la cripta de los héroes, destinada a albergar los restos de los soldados combatientes, y que fue construida bajo diseño del arquitecto francés Émile Robert


Cripta de los Héroes
Fuente: Natalia Majluf, "Arte y arquitectura", Enciclopedia temática del Perú, vol XV