Aquella batalla de Tarapacá (27/11/1879) el ejército peruano había demostrado que defendería el territorio hasta la muerte, con una victoria que no pudo ser aprovechada por culpa de unos gobernantes incapaces que dejaron varados a nuestros hombres en el Sur y que meses más tarde caerían en Arica. Es cierto conseguimos el triunfo en Tarapacá, pero lamentablemente para nuestros intereses el ejército chileno seguía siendo muy poderoso y había que emprender la retirada, caminar a través del desierto rumbo al puerto de Arica con un equipo de carabinas, fusiles y municiones, a lomo de mulas y de caballos, sin la ropa apropiada, con ojotas, sed y hambre. El ferrocarril había caído en poder enemigo. A ese ejército perteneció uno de nuestro máximos referentes de la Guerra del Pacífico, nos referimos al coronel Francisco Bolognesi. Y aún así supo darle aliento de intensa vida y espíritu de combate.
El motivo de esta publicación es querer enseñar a nuestros lectores las pésimas condiciones en que nuestro valeroso ejército hizo su retirada a Arica, basándonos en fuentes fidedignas de la época como la del diario limeño La Patria, gracias al corresponsal uruguayo Benito Neto quien narra lo siguiente:
"Caminaron de día y noche, siendo el mejor potaje galletas, charqui, arroz y carne de borrico o caballo. El agua se distribuía casi a gotas, pero en la desesperada situación por aplacar la sed hubo quienes bebieron sus propios orines. Cáceres auxiliaba a su tropa con tajadas de limón para mojar los labios. De los 3,488 soldados que salieron de Tarapacá arribaron 3,416 tras un esfuerzo que estaba en los límites de la resistencia humana.
Las publicaciones de este diario tenían la intención de denunciar al gobierno central por su intencional olvido de nuestros soldados y que pese a ello dejarían la vida antes de ver como el enemigo se apoderaba de nuestro territorio.
Bolognesi ya sabía que estaba solo y que las ilusiones de un triunfo eran efímeras sabiendo que esos posibles refuerzos de Moquegua del coronel Segundo Leiva nunca llegarían y que mucho tuvo que ver Nicolás de Piérola, (y eso lo analizaremos en otra publicacióń), sin embargo había decidido quedarse a combatir junto a sus oficiales, soldados y marinos pese a la desventaja abismal. "AQUÍ SUCUMBIREMOS TODOS ANTES DE ENTREGAR ARICA"
Esperamos que se haya comprendido como nuestro ejército pese a todas las dificultades que se les presentó nunca baj´ó los brazos; nuestra labor pasado ya casi 137 años de guerra es conocer estos episodios tan tristes y valorar a aquellos que dieron la vida por el Perú, no si antes rechazar y denunciar a todo político que ponga primero intereses personales antes que a su patria.
FUENTES:
- DIARIO LA PATRIA ( 1879)
- BOLOGNESI( CONMEMORACIÓN A 200 AÑOS DE NATALICIO) 2016
Enrique Heredia Becerra
Interesante,saludos desde Santiago de Chile
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